viernes, 26 de septiembre de 2008

LA SEGURIDAD PARANOICA

REVISTA INFORMATION TECHNOLOGY

Las nuevas amenazas informáticas “empleados”.
Son el nuevo temor de las grandes y pequeñas compañías.

Nada es seguro. Bajo esa premisa.
Los jugadores del mercado de protección de datos no paran de crecer intentando alcanzar un objetivo que ellos mismos reconocen como inalcanzable: la empresa impenetrable no existe.
La compañía Pricewaterhousecooper (PWC) dijo a la revista information technology, que en la Argentina, la seguridad informática aumento un 44% y que sólo un 3% la disminuyó.
Enemigo Interno.
Una tendencia que crece desde algunos años es ver a los empleados como la fuente más probable de un ataque. Según los datos de PWC, mientras que en 2005 sólo el 33% de las empresas lo marcaban como una preocupación y en 2006 ese número se mantenía estable en 32%, durante 2007 esta inquietud se extendió al 48%. El 21% de las compañías manifestó temores hacia ex empleados y el 41% hacia hackers.
En la Argentina el temor al ataque interno no es la principal preocupación: es una prioridad para el 33% de las empresas, mientras que la amenaza de hackers encabeza el podio de las pesadillas del 41% de las compañías.
“No se puede hacer seguridad con gente que trabaja en una oficina a oscuras, con chicos que acaban de salir de la facultad. No se puede ser seguro con empleados sin código de ética o demostrada experiencia. Se puede hacer un montón de cosas con estos perfiles, pero seguridad integral no se puede hacer con estos esquemas improvisados”.
¡Afirma un alto ejecutivo de la empresa mencionada!.
Los problemas de seguridad en el país es la mala configuración de las redes wireless, el uso del pendrive y todo lo que es movilidad.
Lo que cambio es el método y lo atractivo de llevarte en un objeto del tamaño de una tapita de gaseosa la información de toda la compañía, por eso existen empresas que lo que están haciendo es inhibir la utilización de pendrives en CPUs y notebooks. En cuanto a las redes wireless, la zona del microcentro es un festín, porque por ejemplo aparecen redes corporativas abiertas por todos lados.